Tradicionalmente, los hombres -y las mujeres- se han cubierto la cabeza con sombreros de lo más variado. Los hay de todo tipo: de ala ancha, cónicos, de piel, de lana, de fieltro, elegantes, originales, icónicos... Sin embargo, cuando viajas, ¿te fijas en los sombreros?
Sin duda, los atuendos que nos llaman más la atención suelen ser los de tierras lejanas, cuyo exotismo nos invita a hacer volar la imaginación.
Bombín (Bolivia)
En el continente americano, aunque pueda sorprender a más de uno, el bombín es todo un símbolo de distinción y es utilizado por las cholitas bolivianas, las mujeres indígenas que con él cubren su cabello recogido en dos largas trenzas. Es conocido como Borsalino -el nombre de la fábrica italiana de origen- y fue introducido en el país a principios del siglo pasado.
De vivo colorido y tejido en alpaca y otras fibras, el chullo peruanose ha convertido en todo un icono y una de las prendas preferidas por los viajeros que visitan Perú. Se trata de un gorro hecho a mano, de forma artesanal, con ojeras, originario de la zona andina, que permite cubrirse del frío y del viento. Las figuras -letras, colores o símbolos- plasmados son expresiones que se utilizan para dar a conocer el origen del pueblo de quien lo confeccionó.
La chupalla es el sombrero típico de los huasos, los vaqueros chilenos. Tejido con paja trenzada de trigo, ha sido el complemento que durante siglos les ha permitido protegerse del sol. Chillan, Linares y Colchagua son las zonas del país más famosas por la elaboración de este tipo de complemento.
Panamá (Ecuador)
Aunque erróneamente suele asociarse con el país de Panamá, en realidad este sombrero es originario de Ecuador, de donde fue importado masivamente para proteger del sol a los miles de obreros que trabajaban en la construcción del canal. El típico es de paja toquilla, blanco y beige, aunque podemos encontrar ejemplares de cualquier color fácilmente.
El sombrero de charro es, sin duda alguna, el souvenir mexicano por excelencia. Fabricado en paja, fieltro de lana o pelo de liebre, según la zona, ha tenido tradicionalmente múltiples usos. Además de proteger del sol, resguarda del viento, del polvo o de la lluvia, sirve para atizar el fuego, e incluso protege de posibles ataques... Los encontraremos en cualquier lugar -incluso más allá de las fronteras de México-, de cualquier color y fabricados con materiales muy económicos.
El gorro rastafari se ha convertido en un auténtico icono jamaicano. Tejido en rojo, amarillo y verde, los colores de la bandera de Etiopía -considerada por los seguidores del movimiento como la tierra prometida– resulta inconfundible. El cantante Bob Marley, fallecido en 1981, fue uno de los precursores de una filosofía y un estilo de vida que promueve la supremacía negra y las raíces africanas.
Popular en numerosos países africanos y especialmente en Kenia, el kufi forma parte de la indumentaria tradicional. Este pequeño gorrito confeccionado en tejido suele tener pequeños agujeros que facilitan la aireación. En muchas comunidades es usado por personas de cierta edad, como símbolo de autoridad.
De forma cónica, sin alas y con una parte superior plana, los orígenes de este tocado se remontan al siglo XVII, cuando los musulmanes andaluces de la ciudad de Fez lo adoptaron como complemento de moda para la alta sociedad. En la actualidad es un auténtico icono de los países del norte de África.
En las antípodas encontramos un sombrero original como pocos, el cork hat, el sombrero de corchos australiano, ideal para protegerse de las moscas y otros insectos que abundan en aquellos parajes. Aunque la forma y el tejido pueden variar, la fórmula siembre es la misma: cuenta con distintas tiras de hilos de los que cuelgan corchos ligeros que con el movimiento de la cabeza permiten ahuyentar a voladores impertinentes.
Ya en el continente europeo, Francia, sin duda, nos saluda con el beret, la clásica boina de lana, algodón o fibra, originalmente tejida a mano, convertida casi en un símbolo del país. En la actualidad su uso ya no es tan extendido, pero se ha incorporado como un complemento de moda made in France.
Pieza fundamental del uniforme de trabajo de los gondoleros y de los oficiales de marina italianos a finales del siglo XIX, este sombrero de corona plana se ha convertido en un fenómeno social, traspasando fronteras. Colegiales de Oxford, inmigrantes italianos llegados a los Estados Unidos, o personajes de la alta costura como Coco Chanel adoptaron en su momento un complemento que se encuentra en pleno auge.
Popularizada en todo el mundo por Arthur Conan Doyle gracias al mítico personaje de sus novelas, Sherlock Holmes, el uso de esta pieza, conocida como cervadora, es frecuente en las cacerías sobre todo de ciervos. Confeccionada en lana, la deerstalker se ha convertido en una pieza perfecta para las frías jornadas de invierno al aire libre.
Newsboy cap (Irlanda)
Famosa y presente en numerosas películas con Irlanda como telón de fondo, esta gorra fue muy habitual en Europa y Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios de XX. Era utilizada tanto por niños como por adultos, sobre todo de clases populares. En la primera década de este siglo, la newsboy cap ha vuelto a resurgir como complemento de moda.
El ushanka es el gorro de piel de orejeras flexibles más popular del mundo, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, cuando fue adoptado de los mongoles. Popularmente conocido como gorro ruso, es usado para soportar temperaturas extremas ya que su diseño permite mantener al resguardo del frío tanto la barbilla como las orejas. Suele ser uno de los souvenirs más recurrentes al viajar al país.
CERERÍA
¿QUE ES?
Cerería o candelería es un establecimiento comercial donde se venden productos elaborados con cera, como velas, cirios, exvotos de cera, etc. Las velas comercializadas pueden ser artesanales (obra de cereros) o industriales. Fueron un comercio importante en la vida cotidiana antes de que la electricidad se incorporara a las viviendas.
HISTORIA:
Desde muy antiguo la cerería era el lugar donde el artesano cerero realizaba y vendía productos de cera. En algunas ocasiones era considerado un oficio o habitación de la casa real donde se guardaba y repartía la cera. La industria y comercialización en forma de gremios no se regularizó en países como españa hasta mediados del siglo XV. Tras la conquista de américa la comercialización de cera y su labra se hace muy popular en Mexico.
En 1834 el ingeniero Joseph Morgan creó una máquina que permitía la producción de velas en molde. Años después la bombilla de luz (en 1879) comienza a ser comercializada, la demanda de velas decae y el número de cererías comienza a decaer. Aunque su uso venía ya siendo amenazado por la aparición del quinque.
Desde finales del siglo XX se ha ido substituyendo progresivamente la cera por la parafina (derivado del petróleo) en muchos de los productos expuestos. Es frecuente que estas tiendas se encuentren en las cercanías de un templo religioso. En la actualidad es un local comercial y oficio en vías de extinción debido a la baja demanda de productos de cera.
REPRESENTANTES:
Una de las mas grades representantes es María Encarnación Núñez Lasteros es una conocida matrona cusqueña que a la sazón cuenta con noventa años. Sus manos llevan la incomparable marca de la artesana cuyo testimonio de vida transcurrió en medio de los talleres en el fragor de la fabricación de las velas, cirios y ciriones en el cusco.
La mayoría de los vecinos de calles añejas como Meloq y Tordo consideran que ella y su esposo José Chullucama Peña, que en paz descansa, son pioneros de la cerería en la Ciudad Imperial. Dios les regaló una numerosa familia de 13 hijos, de los cuales solo el octavo, José Félix, practica este trabajo artesanal.
María Núñez Lastero nos relata que ella inició sus actividades en 1940 cuando tenía 20 años. “Aprendí de un compadre la vieja tradición de hacer velas, cirios y ciriones, él me enseñó primero a decorar y luego a mezclar colores y tintes. El aporte que pudimos hacer desde el taller, es que a la forma rústica de confeccionar velas, por entonces, nosotros diseñamos instrumentos como los picadores para marcar adornos, como los "cocos en la superficie de la vela". A esto se suma la sutileza y la femineidad que le da una mujer, dándole gracia y elegancia”.
Los antecedentes de la cerería se ubican hace más de dos mil años cuando los romanos fabricaban las velas con mecha en el viejo continente, para lo que se utilizaba el cebo extraído de vacas y ovejas, las mismas que al quemarse producían mucho humo. Durante la edad media se introdujo en la fabricación de las velas y cirios la cera producida por las abejas, por su costo estaban reservadas para las clases altas y la aristocracia.
En el Cusco, esta tradición vino de España, lugar donde las velas se elaboraban recubriendo paulatinamente las mechas hasta lograr el grosor y el tamaño requeridos, hoy en día se sigue este procedimiento pero en base a parafina.
BIBLIOGRAFÍA:
https://www.youtube.com/watch?v=qyUhiAnO6Tg
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