El Cajón de San Marcos es un muy buen exponente del sincretismo entre la cultura andina y la cultura española. Este cajón, con el correr del tiempo, dio origen al retablo peruano contemporáneo.
Primero fueron las cajas de santos.
Hasta mediados del siglo XIX los pastores de la región de Ayacucho cargaban unas cajas con pequeñas piezas talladas en piedra que representaban ciertos santos. Muchos de los pastores trabajaban encima de los 3000 metros de altura y las “cajas de santo” cumplían una función mágico-religiosa, para proteger los rebaños.
El reconocido artesano Joaquín López Antay empleó una técnica desarrollada en el seno de su familia. Con las pequeñas esculturas de piedra de Huamanga de las cajas de santos fabricaba moldes para replicarlas en otro material. De esa forma se podía ahorrar tiempo y dinero en la elaboración de las cajas. Las nuevas piezas se confeccionaban con una mezcla de yeso y papa que, una vez seca, endurecía como la piedra y se coloreaba con pintura de tela.
A mediados del siglo XIX los arrieros andinos comenzaron a encargar cajas más elaboradas: así surgieron los Cajones de San Marcos que transportaban de pueblo en pueblo. Esos cajones se convirtieron en el centro del rito anual más importante de la producción ganadera: la marca del ganado o yerra. En el taller de López Antay se elaboraban muchos de ellos
Cada cajón simboliza un “Apu” o dios tutelar andino, la poderosa montaña que protege a los hombres. Lleva en su interior la representación de la ceremonia del marcado del ganado, dividida en dos pisos que simbolizan dos mundos. Alicia Seade, especialista en este tema, describe los símbolos presentes en los Cajones.
En el piso superior, como en las antiguas cajas, se presentan las divinidades protectoras de los animales. En el centro se encuentra San Marcos -el más importante de todos y que protege al ganado vacuno- rodeado de Santa Inés –o Santa Clara, protectora de las cabras- y San Juan, protector de las ovejas y su pastor. También pueden parecer San Lucas, que protege al ganado de sus depredadores naturales y San Antonio de Padua –con un niño en brazos-, protector de los asnos y burros.
En el piso inferior se representa una historia terrenal que se desarrolla en dos tiempos. A la izquierda se encuentra "la Pasión", representada por verdugo y un hombre herido colgado cabeza abajo, su sangre baña a la tierra (alimenta a la Pacha Mama). Cerca del hombre se encuentran dos mujeres que lloran, piden por la vida del hombre, un ladrón de ganado. En el centro se encuentra un hombre con un brazo levantado, en ocasiones con un libro abierto (que a la vez representa el libro sagrado y el libro de contabilidad) en la otra mano, es el patrón que termina por perdonar al hombre. A quien lavan y le entregan una botella de aguardiente. A la derecha se encuentra "la Reunión", se representa la fiesta: hay animales, vendedoras de queso y músicos, entre otros.
El Cajón -donde conviven los santos con elementos propios de la religiosidad andina- fue utilizado en los ritos de herraje de ganado y protección de los hogares y se dejó de fabricarse en las primeras década del siglo pasado. Alicia Seade Delboy, de quien tomamos mucho de lo que aquí se plantea, se ha dedicado a investigar la historia de los cajones y a restaurarlos.
El término retablo proviene del latín retro-tabulum (“detrás de la mesa o altar”), que fue posteriormente abreviado como retabulum. Este término refiere al hecho que los primeros 'retablos' eran puestos detrás de los altares de las iglesias católicas tanto en España como en Latinoamerica.
La tradición española de tener altares portátiles y nacimientos, también conocidos como "belenes" fue muy bien acogida en el mundo andino. Estas cajas contenían santos y otras efigies sagradas y eran usadas para cuidar las viviendas y a los viajeros que las llevaban consigo.
El antecedente más cercano al retablo actual es el Cajón de San Marcos, patrón del ganado. Hasta ahora, el san marcos se usa para presidir el ritual de la herranza, o fiesta de Santiago, y para convocar a los espíritus que viven en las montañas. Pero el retablo siguió evolucionando.
Los retablos ayacuchanos tienen su origen en la época de la colonia cuando los sacerdotes españoles en proceso de evangelización viajaban por todos los pueblos de la sierra peruana, llevando con ellos cajas articuladas con imágenes de varios santos católicos para que estos sean reconocidos por los pobladores. Estas se llamaban cajas de San Marcos y fueron tomadas de referencia por los artesanos para la realización de los retablos.
Durante la década de 1940, se inicia la creación de estas piezas de arte, usando como referencia las cajas de San Marcos para diseñar escenas con temáticas distintas relacionadas con motivos costumbristas, como corridas de toros peleas de gallos, fiestas y danzas tradicionales, escenas rurales y labores agrícolas. Los artesanos del pueblo de Ayacucho adaptan los nuevos cajones y los hacen propios, cambiándoles el nombre a retablos.
MATERIALES Y ESTRUCTURA
Caja Los retablos ayacuchanos tienen la forma de una caja rectangular y son fabricadas en base a cedro. En el interior se colocan figuras de un tamaño específico (dependiendo del tamaño del retablo), hechas en base a una pasta de papa hervida y molida mezclada con yeso. Asimismo, dependiendo de la temática del retablo se colocan estructuras de personas, las cuales son trabajadas con una mezcla de harina, yeso, polvo colado y agua hervida. La parte posterior de los retablos se recubre con una estructura de madera y las puertas se adhieren a la caja con tiras de cuero.
Figuras
El retablista Nicario Jimenez realizando las figuras a base de papa y yeso.
Las figuras se fabrican con una pasta hecha sobre una base de papa hervida y molida mezclada con yeso. Suelen medir aproximadamente 6 centímetros. La estructura de las personas en el tablero es hecha con un tipo de pasta en la que primero se realiza la mezcla de harina con agua hirviendo. Después mezclando el yeso el polvo colado(no siendo tan duro o suave, pero fuerte).
Se representan manifestaciones religiosas, fiestas populares, acontecimientos históricos, y eventos patrióticos como desfiles militares o se dedican a personajes, presidentes o generales, campesinos, héroes, etc.
UNA TRADICIÓN QUE NO DEBE PERDERSE
Año a año, miles de turistas de todo el mundo visitan Ayacucho atraídos por sus coloridas y atractivas expresiones culturales, entre ellas, el retablo ayacuchano. Los visitantes acuden a los talleres artesanales para ser testigos de la fabricación de los mismos y poder adquirirlos. Estos talleres son liderados por artesanos que preservan sus secretos y técnicas de elaboración de generación en generación, convirtiéndolo en una tradición familiar. Gracias a esto, los retablos ayacuchanos mantienen el mismo estilo costumbrista de sus primeros ejemplares.
REPRESENTANTES:
Joaquín López Antay
florentino jimenez : se inspiró en el camino de Jesús al Calvario para ilustrar el destino de los periodistas. «Mártires de Uchuraccay» es un retablo que consta de cuatro pisos y una corona en la que se muestra tres escenas de los últimos días de Jesús.
a quien se le dio el "Premio al esfuerzo"
El gobierno lo distinguió en 1975 con el Premio Nacional de Cultura. Fue una aplaudida, pero polémica premiación. La noticia provocó una verdadera guerra de pinceles. ¿Cómo un artesano puede ser premiado como artista? ¿A quién se le ocurrió?
Tradicionalmente, los hombres -y las mujeres- se han cubierto la cabeza con sombreros de lo más variado. Los hay de todo tipo: de ala ancha, cónicos, de piel, de lana, de fieltro, elegantes, originales, icónicos... Sin embargo, cuando viajas, ¿te fijas en los sombreros?
Sin duda, los atuendos que nos llaman más la atención suelen ser los de tierras lejanas, cuyo exotismo nos invita a hacer volar la imaginación.
Bombín (Bolivia)
En el continente americano, aunque pueda sorprender a más de uno, el bombín es todo un símbolo de distinción y es utilizado por las cholitas bolivianas, las mujeres indígenas que con él cubren su cabello recogido en dos largas trenzas. Es conocido como Borsalino -el nombre de la fábrica italiana de origen- y fue introducido en el país a principios del siglo pasado.
Chullo (Perú)
De vivo colorido y tejido en alpaca y otras fibras, el chullo peruanose ha convertido en todo un icono y una de las prendas preferidas por los viajeros que visitan Perú. Se trata de un gorro hecho a mano, de forma artesanal, con ojeras, originario de la zona andina, que permite cubrirse del frío y del viento. Las figuras -letras, colores o símbolos- plasmados son expresiones que se utilizan para dar a conocer el origen del pueblo de quien lo confeccionó.
Chupalla (Chile)
La chupalla es el sombrero típico de los huasos, los vaqueros chilenos. Tejido con paja trenzada de trigo, ha sido el complemento que durante siglos les ha permitido protegerse del sol. Chillan, Linares y Colchagua son las zonas del país más famosas por la elaboración de este tipo de complemento.
Panamá (Ecuador)
Aunque erróneamente suele asociarse con el país de Panamá, en realidad este sombrero es originario de Ecuador, de donde fue importado masivamente para proteger del sol a los miles de obreros que trabajaban en la construcción del canal. El típico es de paja toquilla, blanco y beige, aunque podemos encontrar ejemplares de cualquier color fácilmente.
Charro (México)
El sombrero de charro es, sin duda alguna, el souvenir mexicano por excelencia. Fabricado en paja, fieltro de lana o pelo de liebre, según la zona, ha tenido tradicionalmente múltiples usos. Además de proteger del sol, resguarda del viento, del polvo o de la lluvia, sirve para atizar el fuego, e incluso protege de posibles ataques... Los encontraremos en cualquier lugar -incluso más allá de las fronteras de México-, de cualquier color y fabricados con materiales muy económicos.
Gorro rastafari (Jamaica)
El gorro rastafari se ha convertido en un auténtico icono jamaicano. Tejido en rojo, amarillo y verde, los colores de la bandera de Etiopía -considerada por los seguidores del movimiento como la tierra prometida– resulta inconfundible. El cantante Bob Marley, fallecido en 1981, fue uno de los precursores de una filosofía y un estilo de vida que promueve la supremacía negra y las raíces africanas.
Kufi (Kenia)
Popular en numerosos países africanos y especialmente en Kenia, el kufi forma parte de la indumentaria tradicional. Este pequeño gorrito confeccionado en tejido suele tener pequeños agujeros que facilitan la aireación. En muchas comunidades es usado por personas de cierta edad, como símbolo de autoridad.
Tarbush o fez (Marruecos)
De forma cónica, sin alas y con una parte superior plana, los orígenes de este tocado se remontan al siglo XVII, cuando los musulmanes andaluces de la ciudad de Fez lo adoptaron como complemento de moda para la alta sociedad. En la actualidad es un auténtico icono de los países del norte de África.
Sombrero de corchos (Australia)
En las antípodas encontramos un sombrero original como pocos, el cork hat, el sombrero de corchos australiano, ideal para protegerse de las moscas y otros insectos que abundan en aquellos parajes. Aunque la forma y el tejido pueden variar, la fórmula siembre es la misma: cuenta con distintas tiras de hilos de los que cuelgan corchos ligeros que con el movimiento de la cabeza permiten ahuyentar a voladores impertinentes.
Beret (Francia)
Ya en el continente europeo, Francia, sin duda, nos saluda con el beret, la clásica boina de lana, algodón o fibra, originalmente tejida a mano, convertida casi en un símbolo del país. En la actualidad su uso ya no es tan extendido, pero se ha incorporado como un complemento de moda made in France.
Gondolero (Italia)
Pieza fundamental del uniforme de trabajo de los gondoleros y de los oficiales de marina italianos a finales del siglo XIX, este sombrero de corona plana se ha convertido en un fenómeno social, traspasando fronteras. Colegiales de Oxford, inmigrantes italianos llegados a los Estados Unidos, o personajes de la alta costura como Coco Chanel adoptaron en su momento un complemento que se encuentra en pleno auge.
Deerstalker (Inglaterra)
Popularizada en todo el mundo por Arthur Conan Doyle gracias al mítico personaje de sus novelas, Sherlock Holmes, el uso de esta pieza, conocida como cervadora, es frecuente en las cacerías sobre todo de ciervos. Confeccionada en lana, la deerstalker se ha convertido en una pieza perfecta para las frías jornadas de invierno al aire libre.
Newsboy cap (Irlanda)
Famosa y presente en numerosas películas con Irlanda como telón de fondo, esta gorra fue muy habitual en Europa y Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios de XX. Era utilizada tanto por niños como por adultos, sobre todo de clases populares. En la primera década de este siglo, la newsboy cap ha vuelto a resurgir como complemento de moda.
Ushanka (Rusia)
El ushanka es el gorro de piel de orejeras flexibles más popular del mundo, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media, cuando fue adoptado de los mongoles. Popularmente conocido como gorro ruso, es usado para soportar temperaturas extremas ya que su diseño permite mantener al resguardo del frío tanto la barbilla como las orejas. Suele ser uno de los souvenirs más recurrentes al viajar al país.
CERERÍA
¿QUE ES?
Cerería o candelería es un establecimiento comercial donde se venden productos elaborados con cera, como velas, cirios, exvotos de cera, etc. Las velas comercializadas pueden ser artesanales (obra de cereros) o industriales. Fueron un comercio importante en la vida cotidiana antes de que la electricidad se incorporara a las viviendas.
HISTORIA:
Desde muy antiguo la cerería era el lugar donde el artesano cerero realizaba y vendía productos de cera. En algunas ocasiones era considerado un oficio o habitación de la casa real donde se guardaba y repartía la cera. La industria y comercialización en forma de gremios no se regularizó en países como españa hasta mediados del siglo XV. Tras la conquista de américa la comercialización de cera y su labra se hace muy popular en Mexico.
En 1834 el ingeniero Joseph Morgan creó una máquina que permitía la producción de velas en molde. Años después la bombilla de luz (en 1879) comienza a ser comercializada, la demanda de velas decae y el número de cererías comienza a decaer. Aunque su uso venía ya siendo amenazado por la aparición del quinque.
Desde finales del siglo XX se ha ido substituyendo progresivamente la cera por la parafina (derivado del petróleo) en muchos de los productos expuestos. Es frecuente que estas tiendas se encuentren en las cercanías de un templo religioso. En la actualidad es un local comercial y oficio en vías de extinción debido a la baja demanda de productos de cera.
REPRESENTANTES:
Una de las mas grades representantes es María Encarnación Núñez Lasteros es una conocida matrona cusqueña que a la sazón cuenta con noventa años. Sus manos llevan la incomparable marca de la artesana cuyo testimonio de vida transcurrió en medio de los talleres en el fragor de la fabricación de las velas, cirios y ciriones en el cusco.
La mayoría de los vecinos de calles añejas como Meloq y Tordo consideran que ella y su esposo José Chullucama Peña, que en paz descansa, son pioneros de la cerería en la Ciudad Imperial. Dios les regaló una numerosa familia de 13 hijos, de los cuales solo el octavo, José Félix, practica este trabajo artesanal.
María Núñez Lastero nos relata que ella inició sus actividades en 1940 cuando tenía 20 años. “Aprendí de un compadre la vieja tradición de hacer velas, cirios y ciriones, él me enseñó primero a decorar y luego a mezclar colores y tintes. El aporte que pudimos hacer desde el taller, es que a la forma rústica de confeccionar velas, por entonces, nosotros diseñamos instrumentos como los picadores para marcar adornos, como los "cocos en la superficie de la vela". A esto se suma la sutileza y la femineidad que le da una mujer, dándole gracia y elegancia”.
Los antecedentes de la cerería se ubican hace más de dos mil años cuando los romanos fabricaban las velas con mecha en el viejo continente, para lo que se utilizaba el cebo extraído de vacas y ovejas, las mismas que al quemarse producían mucho humo. Durante la edad media se introdujo en la fabricación de las velas y cirios la cera producida por las abejas, por su costo estaban reservadas para las clases altas y la aristocracia.
En el Cusco, esta tradición vino de España, lugar donde las velas se elaboraban recubriendo paulatinamente las mechas hasta lograr el grosor y el tamaño requeridos, hoy en día se sigue este procedimiento pero en base a parafina.
Las máscaras de Paucartambo son una expresión de artes plásticas que contiene la memoria histórica y estética de un pueblo. El oficio de elaborarlas es transmitido de generación en generación con el único fin de resguardar el arte tradicional.
En junio de 2018 se declaró Patrimonio Cultural de la Nación la elaboración de las máscaras con el fin de preservar los conocimientos y técnicas utilizadas por los artesanos en su creación.El Gobierno de Perú declaró hoy patrimonio cultural de la nación la elaboración de las máscaras de Paucartambo, emblema de la festividad de la Virgen del Carmen en este pueblo de la sureña región andina de Cusco.
Una resolución del Ministerio de Cultura del Perú publicada en el diario oficial El Peruano incorporó las máscaras de Paucartambo a su patrimonio cultural para preservar los conocimientos y técnicas utilizadas por los artesanos locales en su creación, a solicitud de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de la región Cusco.
El documento argumentó que las máscaras son una expresión de artes plásticas que contiene la memoria histórica y estética, y que es parte de la identidad cultural del pueblo de Paucartambo.
Las máscaras son utilizadas en diecinueve tipos distintos de danzas de veneración a la Virgen del Carmen, tanto en Paucartambo como en otros pueblos cercanos dentro de la provincia del mismo nombre.
Los materiales con los que se elaboran las máscaras son lana, paño de sombrero, yeso, papel y malla metálica. Asimismo, las técnicas de fabricación y las herramientas cambian de acuerdo al material utilizado. El dominio técnico de la escultura y la pintura del maestro mascarero será importante para la elaboración de estas piezas.
La Fiesta de la Mamacha Carmen
Del 15 al 18 de Julio el distrito de Paucartambo, se encuentra dentro de un Valle, donde abunda la quinua y la kiwicha. Es un pueblo religioso, del 15 al 18 de julio, rinden culto a la Patrona del Pueblo, la Virgen del Carmen o Mamacha del Carmen.
Los orígenes de esta fiesta, se pierden en la tradición oral, se dice que apareció el rostro de una Virgen en una vasija de barro, encontrada por los qollas comerciantes del altiplano años más tarde, se esculpió una imagen con este rostro, venerandola desde entonces con rezos, música y danza.
Esta fiesta comienza, con la concentración de danzantes en la noche del 14 y el 15 entrada de la Fiesta. El día 16 es el día principal se dá por la mañana la repartición del once, que es una bolsa con diferentes tipos de pan que se reparte entre los danzantes. Luego se dá la procesión principal, la Virgen es acompañada por las 17 comparsas.
El día 17 es la bendición al pueblo, visita a la virgen, y por la noche se dá la popular "guerrilla", que es un enfrentamiento entre Qollas y Chunchos, siempre ganan los chunchos que terminan robando a la mujer Qolla o Emilia, para que el rey Chuncho se case con ella. Esta guerrilla tiene su origen en un mito inca. Finaliza, la fiesta el día 18 con la despedida a los músicos y danzantes.
Entre las principales danzas, se pueden apreciar las máscaras de diversos personajes. Aquí te contamos cuáles son:
Maqta
Estos personajes representan a las personas del campo. Son los encargados de realizar bromas a los asistentes de la festividad. Son el alma de la fiesta y están prestos a resolver cualquier problema.
La máscara de este personaje es de yeso y se caracteriza por sus expresiones satíricas y burlonas. Destacan en su rostro una amplia sonrisa, nariz aguileña y los pómulos pronunciados.
Qhapaq Qolla
“Qhapaq” significa grande, rico, poderoso y “Qolla” se refiere a los habitantes del Collasuyo. Representa al comerciante del altiplano. Todos los personajes llevan un waq’ollo, máscara blanca de lana tejida. El borde de los ojos, las cejas y de los bigotes son de color negro. Los ojos y la nariz están delineados con color rojo.
Qhapaq Negro
Representan a los esclavos africanos de la colonia y son los encargados de realizar cánticos en honor a la Virgen. Estos cantos son en quechua con algunas frases en español.
Las máscaras son de color negro y son elaboradas de yeso o papel. Las cejas y las facciones del rostro están delineadas en color dorado.
Saqra
Significa diablo en español. En la festividad son los diablos traviesos y tentadores.Representan una versión humanizada y parodiada de Lucifer. En la procesión, los saqras se ubican en balcones y techos del pueblo.
Las máscaras tienen forma de diferentes animales como murciélago, chancho, perro, gato entre otros. Dientes y colmillos grandes son característicos.
Producción y comercialización de las máscaras
La producción de máscaras para las danzas de Paucartambo está en manos de especialistas. Si bien en el caso de la confección del waqullu esto no es tan evidente, no debemos olvidar que el hecho de conocer los colores y formas del waqullu, y de dominar la técnica para crear un producto afín con las necesidades y exigencias estéticas y culturales de los danzantes implica ya un mínimo de especialización. A esto se suma el hecho de que un buen waqullu no se encuentra en cualquier tienda, sino que hay que mandarlo a confeccionar con anticipación. Los danzantes que en la mayoría de los casos no tienen la capacidad económica de renovar su vestuario cada año, van en busca de los mascareros para que restauren sus máscaras. Los danzantes mandan a hacer o a arreglar las máscaras unas semanas o días antes de la fiesta, lo cual constituye parte del ambiente festivo. No se puede decir que los artesanos mascareros tengan un ingreso significativo por el arreglo de las máscaras (son muy pocas las nuevas que se venden cada año) porque para los conocidos se hacen precios especiales e incluso no se les cobra(18). Es más bien el creciente interés que los campesinos tienen en las danzas de Paucartambo y consecuentemente en comprar las máscaras lo que tiene que ser tomado en cuenta para discutir la naturaleza de la producción de éstas en Paucartambo.
A diferencia de Pisaq, donde la producción de máscaras y otros productos artesanales está en pleno auge debido a la cercanía del pueblo a la ciudad del Cuzco a la que llegan muchos turistas, Paucartambo se encuentra aislado y sujeto a un circuito comercial distinto en el que participan campesinos y comerciantes de Puno y Sicuani que tienen otro tipo y volumen de demandas de productos artesanales.
REPRESENTANTES: Isaac Carbajal Ponce: nació el 11 de abril de 1953 en el pueblo de Paucartambo. Trabaja en la artesanía desde los 11 años de edad. Es considerado tallador, imaginero, mascarero y pintor. Ha participado en la restauración de tallados en la iglesia de San Sebastián (Lima) y en la de San Antonio (Cuzco). En 1989 ganó el segundo premio del concurso de máscaras organizado por la revista CARETAS. En 1989 inició las pinturas murales alusivas a las tradiciones de Paucartambo que se encuentran en el local de la comparsa de los contradanza en Paucartambo. Participa en la comparsa de los saqra en la cual es primer capitán. Su especialidad son las máscaras de saqra. También él, al igual que don Santiago, se otorga el título de creador de las máscaras de saqra que se conocen en la actualidad.
Eliseo Carbajal Ponce: nacido el 20 de junio de 1950 en el pueblo de Paucartambo.
Es considerado imaginero, mascarero, escultor y pintor. Se dedica a la enseñanza de escultura e imaginería en el Centro Artesanal de Paucartambo. Ha participado en la restauración de tallados en madera del Seminario San Antonio de Abad (Cuzco). Eliseo y su mujer tienen una pequeña bodega donde venden las máscaras durante los días de fiesta.
El Torito de Pucará es una pieza de cerámica característica del distrito de Pupuja, en la provincia de Azángaro del departamento peruano de Puno y vendido tradicionalmente en la estación de trenes de Pucará. Usado en un inicio en las ceremonias de marcación y para la procreación del ganado, protección, felicidad y fertilidad en la vida matrimonial, esta pieza cerámica se ha convertido en un símbolo de la identidad sur andina peruana.
Los toritos de Pucará son muy conocidos en muchas partes del mundo por su curioso aspecto, es difícil ver en cerámica un fuerte toro, bien plantado en el suelo pero con ojos saltones y desorbitados, una lengua intentando lamerse la nariz y muchos adornos como si alguien los fuera a montar, realmente es muy raro, si a esto le agregamos una rara costumbre de colocar a los toros encima de las casas
MITO:Es un error afirmar que esta figura de cerámica proviene estrictamente de Pucará; lo correcto sería reconocer como punto de creación a la provincia de Pupuja, distrito de Azángaro, Puno. Sin embargo, ¿Por qué se le llama Torito de Pucará, si no surgió de allí, precisamente? La respuesta es simple: los artistas de Chepa Pupuja decidieron que las ventas de sus trabajos se realicen en la estación ferroviaria de Pucará; he allí la confusión.
Otra vertiente, propuesta por Edilburgo Castillo, sostiene que la procedencia recae en el mito del toro y la lluvia. En resumen: «Un campesino indígena, doblegado por la sequía en Pucará, decidió rendir tributo a Pachacámac, llevando un toro al peñón para pedir lluvia abundante. El toro se resistió a subir y, en uno de sus embates, resquebrajó una roca enorme con sus cuernos. Asombrosamente brotó agua y toda la población lo agradeció. De allí en adelante, los fieles al mito colocan dos toritos en las techumbres de sus casas.
Simbolismo totémico
Inicialmente, los Toritos de Pucará eran de color blanco y nogal (parecido a la madera o al marrón claro), no obstante, por fines turísticos y comerciales, fueron tomando otras tonalidades carnavalescas -de connotaciones diferentes, como revisaremos-. Por ejemplo, el negro simboliza el ego y los defectos psíquicos, también la protección contra la envidia; el azul, agua y abundancia; el verde, la prosperidad económica; el naranja, la diversión y el jolgorio; y el rojo, la fertilidad y el amor al hogar.
A su vez, esta cerámica está compuesta de elementos con sentido propio:
El orificio en el coxis representa la fecundación.
El asa simboliza el flujo de la potencia sexual.
La lengua se relaciona con las buenas costumbres en el habla.
Las figuras en forma de caracol representan el espiral ascendente y descendente de la vida.
¿Cómo empezó la tradición? Todo empieza cuando los españoles llegaron al pueblo de Pucará con sus nuevos animales, en especial "El Toro" y lo incluyeron en una fiesta (que ya existía) celebrando el pago a la tierra, donde se pintaba, adornaba y ensillaba al toro, para luego colocarle picante en su nariz, se imaginan la irritación y locura del toro!!, pues esta imagen se quedó plasmada en muchas personas, ver a un poderoso toro con los ojos desorbitados por la irritación del picante, intentando lamerse la nariz y con su cola enroscada muy característico de los toros bravos.
En aquellos tiempos, existían varias comunidades encargadas de hacer cerámica para los conquistadores, por su especial cuidado en sus trabajos, una de estas comunidades fueron los Chepa Pupuja, que hasta ahora siguen haciendo cerámica para muchos pueblos, ellos en la época colonial, empezaron a hacer la imagen de estos toritos en cerámica para mantener una cultura mágico-religiosa entre los campesinos, que automáticamente adoptaron este símbolo como Protección, Felicidad y Fertilidad en los hogares.